LA CÁMARA-Arquitectura saludable

Cuando hablamos de arquitectura generalmente la relacionamos con el diseño y construcción de grandes edificios destinados a una función en específico, ya sea una vivienda, oficinas, hospitales, hoteles, etc. No obstante, este arte y técnica va más allá de la edificación, ya que el trabajo del arquitecto debe satisfacer las necesidades de confort, seguridad, salubridad, salud, etc., del usuario. Enfocándonos en este último punto, son muy poco conocidas las acciones que se deben llevar a cabo para saldar esta necesidad.
Para comprender a profundidad esta problemática hay que tener en cuenta que ésta surgió a partir del desarrollo industrial de la sociedad, específicamente el crecimiento del sector terciario de la producción ocasionando la creación de espacios dedicados a actividades más sedentarias. De esta manera el confort y el ambiente del espacio cumple una labor de suma importancia puesto que éstas garantizan la eficiencia del usuario. Si un espacio de trabajo no cuenta con una ventilación, temperatura y humedad apropiada, el progreso se ve comprometido generando falencias en la salud del individuo y el desarrollo productivo de la industria.
En la mayoría de los casos se ha planteado una solución “sofisticada” creando edificios inteligentes, con sistemas de ventilación complejos y un control riguroso de la temperatura del espacio. Sin embargo, esta solución significa gastos muy elevados además de un desgaste innecesario de energía y emisión de calor al medio ambiente.
Todos estos factores generan lo que llamamos Síndrome de edificio enfermo (SBS del inglés: Sick Building Synthoms), un conjunto de dolencias que surgen por la permanencia continuada dentro de determinados edificios. Los principales síntomas que presenta el usuario son dolores de cabeza, malestar general, molestias de tipo ocular, nasal, bucofaríngeas, cefaleas, aletargamiento, alergias, los que desaparecen con frecuencia cuando el individuo abandona el lugar de trabajo
En este contexto la Arquitectura Saludable es aquella que crea un medioambiente que no provoque enfermedad ni malestar a los usuarios como premisa fundamental y además que cree un ambiente que colabore en lograr en el usuario un sentimiento de bienestar y salud tanto en el plano físico como el mental o psicológico.
La arquitectura saludable plantea una solución basada en el diseño de todas las premisas que tengan en cuenta, en base a esta experiencia, el confort físico y psicológico de los usuarios. Esto exige un esfuerzo de adecuación del diseño al clima, elección de materiales no contaminantes, tales como los tableros de bajo contenido de materias volátiles orgánicas que ya hay en el mercado o materiales que no tienen ningún componente contaminante. También es conveniente, salvo que el medio ambiente exterior sea altamente contaminado, el utilizar al máximo la ventilación natural.